Medio lleno o medio vacío?
Lo llamé “Cup Guy” porque en cada foto de su perfil de citas, sostenía una taza. Pasó el mes del Orgullo, nuestra relación se apagó. Cinco meses después, lo vi besar a alguien nuevo en “nuestro” bar en West Village. Durante el beso, los ojos de Cobb Gay estaban fijos en los míos. No podía apartar la mirada. Más tarde, lo vi pedir un vodka con cola, presumiblemente para él y su cita. Sorpresa: fue a mi mesa. “Tómalo”, dijo con una sonrisa, luego tomó un trago y se fue abruptamente. Observé esta copa, preguntándome si era una ofrenda de paz o una invitación. – Fernando Dillon
Una especie de segunda visión.
Antes del divorcio, se tomó muchas selfies y las publicó en Facebook. Leí con avidez los comentarios: “linda familia”, “se ven geniales”. Me tranquilicé, debemos estar bien, si la gente nos ve así. Qué asombro fue volver a enamorarme a los cincuenta. No sabía que la intimidad era posible tan fácilmente, como los cordones de los zapatos que no sabías que estaban tan atados. En nuestras primeras vacaciones juntos, fotografié nuestras largas sombras en el desierto, tomados de la mano. Pero no lo publiqué. No necesitaba eso. Me di cuenta de que mirarte no es lo mismo que ser visto. – sarah gundel
El gran hijo del gran hombre
Hay una mujer a la que quiero mucho y llevamos juntos 18 meses. Rompió conmigo la semana pasada. Llevando a mi hijo de 10 años, Max, a una fiesta en la piscina cerca de Mulholland Drive, me preguntó cómo me sentía al respecto. Le dije que estaba triste y él dijo que él también estaba triste. Pero luego dijo algo muy agradable. Él dijo: “Papá, ella está extrañando al hombre más grande. Eres increíble. “Y frené el auto hasta detenerlo y lloré. – Esteban Dorman
conocer mays
Imagina que estás sentado en una mesa con versiones posteriores de ti mismo. Creo que se parecería a la escena de “El profesor chiflado”, donde Eddie Murphy interpreta a toda su familia. Estaré en una mesa de comedor: mi yo actual de 20 años, sentada entre mi hija de 18 años con su mirada esperanzada, mi hija de 12 años y yo demasiado insegura para mirar hacia arriba, y mi hija de 10 años. -vieja con su confianza no medida. La estrella del espectáculo será mi amorcito con mi pelo, espeso y peinado, como un baccatero de los setenta, huele a dulce jabón de hospital, duermo tranquilo. – Niomi Nuñez